¿Por qué hay azúcar en el vino?

¿Por qué hay azúcar en el vino?
El azúcar del vino procede principalmente de las uvas, la glucosa y la fructosa acumuladas durante la maduración.

En la fermentación alcohólica las levaduras convierten la mayor parte en alcohol. El azúcar que queda se denomina azúcar residual y define si un vino es seco, semiseco o dulce, como el Sauternes.

Los azúcares del vino son importantes porque influyen en su sabor y su equilibrio y aportan dulzor, redondez, y equilibran la acidez y los taninos tanto en blancos como en tintos.

También influyen en el estilo y tipo de vino, los vinos secos son ligeros, frescos, a menudo punzantes… Los vinos semisecos son más afrutados, más redondos y suaves, y vinos dulces, como el Sauternes, son más complejos, profundos, y capaces de envejecer muy bien. También son importantes durante la fermentación y el envejecimiento, sobre todo en los vinos dulces, donde una pequeña cantidad de azúcar residual puede mejorar la capacidad de envejecimiento de un vino y mejorar su complejidad.

Los azúcares también realizan un papel clave en los vinos espumosos. Después de la primera fermentación, los enólogos añaden el licor de tiraje, vino y azúcar para activar el prise de mousse, la segunda fermentación que crea las burbujas. Más tarde, durante el degüelle, se añade una última dosis para afinar el sabor final. Esto crea diferentes estilos de espumosos. El Brut Nature no tiene azúcares añadidos, al Brut se le añaden menos de 12 gramos de azúcar, y al Demisec se le añaden de 30 a 50 gramos de azúcar. Incluso unos pocos gramos pueden modificar toda la experiencia en un vino espumoso.

En conclusión, el azúcar en el vino no es solo cuestión de sabor. Es un elemento esencial que determina el estilo, el equilibrio y la calidad general de nuestros vinos.