Estabilizantes
Todo lo que debes saber sobre el ácido metatartárico (E353)
dans le vin
Derivado del ácido tartárico, el ácido metatartárico previene los depósitos en el vino y estabiliza su claridad. Descubre su papel esencial en enología y sus otros usos.
El ácido metatartárico es un producto enológico esencial para estabilizar los vinos. Gracias a sus propiedades, evita la formación de cristales indeseables en las botellas. Este compuesto también se utiliza en otros sectores, aunque sigue vinculado principalmente a la industria vitivinícola.
El ácido metatartárico es un compuesto orgánico obtenido a partir del ácido tartárico, uno de los ácidos presentes de forma natural en la uva. Aunque procede de la uva, el ácido metatartárico también puede obtenerse de otras fuentes naturales, como la caña de azúcar. Este estabilizante se utiliza en enología por sus particulares propiedades estabilizadoras del vino.
Al igual que las manoproteínas de levadura, la carboximetilcelulosa o el poliaspartato de potasio, la función principal del ácido metatartárico es preservar la claridad del vino.
Evita la formación de depósitos calcáreos o cristales de sarro, que suelen ser visibles en las botellas. Estos cristales, aunque inofensivos, pueden alterar el aspecto del vino y perturbar la experiencia de degustación.
Al mejorar la claridad del vino, el ácido metatartárico mejora su presentación y garantiza una mayor estabilidad a lo largo del tiempo, especialmente en el caso de los vinos blancos, rosados y espumosos, que son más propensos a presentar estos depósitos.
El ácido metatartárico actúa directamente sobre los cristales de sarro presentes en el vino. Se adhiere a los cristales a medida que se forman, impidiendo que crezcan y se aglutinen. Este mecanismo químico mantiene las partículas en suspensión, impidiendo que formen depósitos visibles.
Debido a esta acción específica, el ácido metatartárico es especialmente útil para estabilizar los vinos destinados al consumo en los meses siguientes al embotellado. En cambio, su eficacia disminuye con el tiempo en el caso de los vinos de guarda.
El ácido metatartárico suele añadirse al vino justo antes del embotellado. Este momento es crucial, ya que garantiza que el vino haya alcanzado su perfil definitivo en términos de aroma y estructura antes de ser estabilizado.
La dosis de ácido metatartárico es cuidadosamente medida por los enólogos para cumplir la normativa vigente y evitar cualquier alteración indeseable en el sabor del vino. Una vez aplicado, actúa inmediatamente, protegiendo el vino de los depósitos durante varios meses.
Aunque el ácido metatartárico se utiliza principalmente en enología, también puede emplearse en otras bebidas. Su capacidad para estabilizar partículas y evitar depósitos lo convierte en un ingrediente muy apreciado para garantizar una presentación clara y uniforme en una gran variedad de productos líquidos.
Ya sea en una botella de vino o en otras aplicaciones, el ácido metatartárico sigue siendo un valioso aliado para preservar la calidad visual y gustativa de los productos a los que acompaña.
La ciencia del buen vino