Conservantes
Todo lo que debes saber sobre el ácido L-ascórbico (E300)
dans le vin
Te presentamos el ácido L-ascórbico (E300), un antioxidante natural que protege los aromas y la frescura del vino para preservar su calidad frente al riesgo de oxidación.
En el mundo de la enología, ciertos aditivos desempeñan un papel clave en la conservación de la calidad de los vinos. Entre ellos, el ácido L-ascórbico, más conocido como vitamina C, es un valioso aliado. Este antioxidante natural pertenece a la familia de los conservantes: protege los aromas y la frescura del vino. Conozcamos mejor su uso en el vino a través de cinco preguntas clave.
El ácido L-ascórbico (E300) es un compuesto orgánico muy conocido, sinónimo de vitamina C en el ámbito de la nutrición. En el mundo del vino, se considera un aditivo natural gracias a su capacidad para combatir la oxidación. Pertenece a la familia de los conservantes, junto con los sulfitos, la lisozima, el sorbato de potasio o el DMDC.
Presente de forma natural en algunas frutas y verduras, sobre todo en los cítricos, tiene una amplia gama de aplicaciones. En enología, su función principal es mantener la calidad y la conservación de los vinos limitando su deterioro por la exposición al oxígeno.
El ácido L-ascórbico se utiliza en el vino para preservar la frescura de los aromas y evitar la oxidación prematura. Una botella de vino expuesta a demasiado oxígeno, sobre todo en el caso de los blancos o rosados, corre el riesgo de perder sus notas florales o afrutadas y desarrollar defectos olfativos.
Este antioxidante actúa como una barrera eficaz contra tales problemas, proporcionando al vino una protección adicional.
Su mecanismo se basa en una acción química sencilla pero potente. Cuando un vino se expone al oxígeno, pueden producirse reacciones de oxidación que alteran su color y sabor. El ácido L-ascórbico neutraliza estas reacciones gracias a su acción reductora. Ralentiza los efectos del envejecimiento del vino, sobre todo en caldos delicados como los blancos y rosados.
En la práctica, el ácido L-ascórbico se añade tras la fermentación alcohólica, una vez estabilizado el vino. Los vinicultores utilizan dosis precisas, a menudo muy bajas, para evitar cualquier impacto negativo en el perfil del vino.
Se utiliza sobre todo durante el periodo de crianza o justo antes del embotellado. El objetivo es garantizar una protección óptima durante el almacenamiento y la distribución, sin alterar las cualidades sensoriales del vino.
El uso del conservante ácido L-ascórbico no se limita al sector vitivinícola. Lo encontrarás en una amplia gama de productos alimenticios, como zumos de frutas, conservas, pasta fresca, embutidos y algunos alimentos infantiles.
Ahora ya lo sabes todo sobre el ácido L-ascórbico (E300) y su función en la enología. Ya sea para proteger los aromas o preservar los colores del vino, los beneficios del ácido L-ascórbico ofrecen una experiencia de degustación perfecta al proteger este producto del riesgo de una exposición excesiva al oxígeno.
La ciencia del buen vino